Definitivamente en la universidad nos enseñan muchas cosas, pero
una vez sabemos que terminamos carga académica y nuestra tarjeta profesional
está por llegar, viene la pregunta del millón: ¿Y ahora qué? La respuesta a
esta pregunta puede llevarnos años, el resto de nuestra vida incluso.
Esas respuestas he decidido compartirlas a todo aquel que esté por
graduarse o muy cercano a hacerlo.
1. Evalúa tus habilidades: Definitivamente
obtener el título universitario es en sí un gran logro y la recompensa al esfuerzo
por años, pero se nos hace antipático al decirnos que, al graduarnos, somos un
abogado más de los miles que ya existen. Siendo esto cierto, entonces, debemos
diferenciarnos y ello lo logramos con nuestras habilidades, así que es momento
de comenzar a preguntarte ¿qué te diferencia?,
A. ¿Tienes
algún curso de algo?
B. Alguna
habilidad que te sirva en el área profesional como: Hablar bien en público, lectura
rápida, entre otros.
2. Proyectate: Este
no es un artículo de emprendimiento, no te voy a persuadir para que montes tu
propia firma, porque ser empleado no es malo, lo malo es que no te actualices
constantemente o no te instruyas con sentencias de altas cortes, así que, si tu
primera opción es tener un empleo, hacer tu curriculum es importante y vital. Quizás
al graduarte no tienes mucha experiencia, quizás ninguna, en ese caso elabora
tu CV orientado en lo que le ofreces a tu empleador como persona y nuevo
profesional.
Explota tus habilidades y todas tus
experiencias, por ejemplo, si tu único trabajo ha sido en tiendas de retail,
tienes habilidades en Manejo de grupos, Liderazgo, Responsabilidad, Trabajar en
Equipo, atención al cliente, entre otras ¿te das cuenta? Tienes más habilidades
de las que crees, Otro punto importante también es que algunos consideran que
al graduarse han "olvidado" casi todo lo que vieron en la carrera,
pero te garantizo que nadie te querrá contratar por saberte de memoria las leyes
y códigos. Te contratan porque tienes un modelo de pensamiento orientado a
solucionar problemas como abogado, tienes el criterio para ver lo que otros no,
investigar e interpretar para darle la vuelta.
3. Retribuir. La
vida es un ciclo y además está en constante cambio, fluye. No se trata solo de
todo lo que puedas obtener del mundo, también retribuye, quizás no tengas
tiempo (según tú) para ayudar de voluntario en alguna fundación, pero una asesoría
a alguien que no tenga como pagarla, es algo que puedes hacer sin duda. Ten
cuidado también con la soberbia, si eres amable, hazlo sin interés, nunca por
la gratitud ni reconocimiento de nadie o perderá el sentido.
4. Tomar riesgos. ¡Esta
es la edad de tomar riesgos, atrévete! Si fallas, aprende (esto es importante)
y vuelve a intentar de una mejor manera. Pero ojo, si algo caracteriza a los
recién graduados es que su primer riesgo es tratar de hacer alianzas o
sociedades con los mismos compañeros de universidad, situación que no
recomiendo por una sencilla razón, dirigir una oficina no es un tema que se deba
tomar a la ligera, debes rodearte de uno o varios mentores que te permitan ganar
experiencia, pero sobre todo entender cuál es la dinámica del derecho en la
práctica. Con esto entenderás las responsabilidades de dirigir una firma, la
dinámica, pero sobre todo los que es el derecho en la práctica acompañados con
gente experimentada y no arriesgarse con procesos de clientes que confían en
sus capacidades y nula experiencia.
5. Tiempo, tiempo, tiempo. Para
un abogado, el tiempo es un activo que debe saber distribuir, sobre todo para
no convertirse en esclavo, escuchas que nadie tiene tiempo, todos viven
apurados para llegar a sitios en los que no pueden tardarse mucho y todo en
este mundo, cuesta, además de dinero, etc. el recurso más importante y costoso:
El tiempo. Entonces, ¡ORGANÍZATE! Que para todo hay tiempo, si de verdad quieres. Sin
embargo, si quieres que te rinda el tiempo, no abuses de los casos pequeños.
Muchos de nosotros en el afán de crear clientes o ganar dinero rápido, nos
llenamos de casos pequeños, esos en los que se cobra poco porque el tema es “sencillo”
pero en la práctica un tema sencillo se puede volver complejo o difícil de
resolver, exponiendo tu reputación por poco dinero.
6. Enfócate: Se necesitan diez mil horas de práctica
y estudio en un área en específica para considerarse experto, con lo increíblemente
amplio que es el derecho, difícilmente se logre reunir esa cantidad de tiempo
en varias áreas, así que elige y vuélvete experto de un área en específica, con esto
te apropiaras de un segmento del mercado que en comparación a trabajar como un
abogado “todero”, tendrás menos posibilidades de perder juicios fácilmente
cuando te enfrentes con especialistas. Para ello no es necesario una
especialización, se puede lograr con practica o lectura autodidacta.
7. Nunca tonto. Como
toda historia, hay gente buena y gente mala. Tristemente afuera, en el mundo
real hay gente mala, tramposa, que incluso te atacarán si haces las cosas bien,
para que no les hagas sombra a ellos. Algunos no por maldad, si no que están
acostumbrados a hacer las cosas de la misma manera desde siempre, y si una
mente joven llega con ideas innovadoras, pro activa y entusiasta, te
bloquearán. Nunca dejen que por muy difícil sea una situación, te robe quien eres,
se firme a tus principios, se listo, se astuto, se bueno, valiente y amable,
pero nunca tonto.
Mucho éxito en todo lo que hagas.
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Por Luis Daniel Colmenarez Ramos.
Abogado de la Universidad Yacambu, convalidado por la Universidad de Sabaneta.
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